LATINO SKULL EN DETALLE
09/09/2016
Ya sea a todo color o simplemente en tonos negros, decoradas con flores o con sus característicos e intrincados motivos, las maravillosas calaveras que protagonizan el famoso Día de los Muertos mexicano causan furor en todo el mundo. El 2 de noviembre, tras la celebración del Día de Todos los Santos o de Halloween, los mexicanos tienen por costumbre conmemorar a sus difuntos de una manera muy particular. Se llevan a cabo alegres celebraciones en torno a abundantes festines y se hacen numerosas ofrendas para rendir homenaje a los fallecidos en un ambiente lleno de color. Esta tradición folclórica, heredada de las antiguas costumbres precolombinas y católicas no podía pasar desapercibida en el universo creativo de Deejo. Por ello, ha querido dedicarle uno de sus grabados más codiciados, el "Latino Skull", que os presentamos en detalle a continuación:
La calavera
Símbolo inequívoco y prácticamente universal del espíritu, la calavera es, como no podía ser de otra forma, una de las protagonistas de las celebraciones del Día de los Muertos. Su significado está omnipresente en la cultura mexicana: con motivo del 2 de noviembre, la calavera, de plástico o de azúcar, se coloca junto a las tumbas, las fotos de familia y los banquetes. Cada altar está decorado con el retrato del fallecido, ofrendas y una calavera que representa el regreso de esa persona a la Tierra. Por un día, el difunto tiene la oportunidad de volver a la Tierra para reencontrarse con los vivos y con sus recuerdos, además de saciar su apetito.
Las flores
Pasear por México el Día de los Muertos también conlleva descubrir hermosos y coloridos ramos, así como un sinfín de motivos florales. Además de servir como decoración de calaveras y altares, se dice que el perfume de las flores atrae el alma de los difuntos hasta los vivos para participar en los festejos junto a ellos. Desde los tagetes mexicanos, conocidos como cempasúchil, hasta las rosas de la India, descubrimos una variedad tan amplia como sus colores.
Motivos
Todas las calaveras, ya sean simbólicas o puramente decorativas, están adornadas con multitud de preciosos motivos cuyo significado dependerá tanto de la persona a la que homenajean como de la función que cumpla la propia calavera. Estos cráneos, que simbolizan una verdadera tradición en México, también se presentan en forma de creaciones reposteras elaboradas en pasta de azúcar y decoradas con flores y coloridos adornos. El Día de los Muertos no es una simple celebración, sino también la oportunidad de crear, compartir y rendir homenaje a la vida y a los placeres que esta nos brinda.
El fuego
En su recorrido de calles y cementerios, resultaría difícil hablar de esta festividad sin mencionar la gran cantidad de decoraciones luminosas que florecen en todos los rincones del país. Más allá del carácter festivo, estas fuentes de luz, en su mayoría en forma de velas, son una manera de guiar las almas de los difuntos hasta su hogar. Por esta razón, la tradición consiste en trazar caminos de velas, a veces incluso de una punta a otra de la ciudad, para que los espíritus puedan, por una noche, regresar al domicilio familiar.
La sonrisa
Además de ser una fiesta familiar, el Día de los Muertos también es una celebración que se vive con los cinco sentidos. Esta fecha tan especial es una ocasión ideal para reunirse en familia y disfrutar de los sabores, los colores y las alegrías de la vida. Por eso, la sonrisa traviesa que se dibuja tanto en las calaveras como en los rostros de los vivos es una forma de burlarse de la muerte: no hay que temerla, sino celebrarla, pues se trata de una etapa más de la vida. Esta alegría también invade las ofrendas presentadas a los difuntos: en su honor, se preparan sus platos preferidos, se cantan y bailan sus canciones favoritas, pero también se les hacen llegar los recuerdos de sus seres queridos para demostrarles que no los olvidan.